viernes, 14 de enero de 2011

Paso Centurión-Sierra de los Ríos

Las huellas de Gondwana

Vista del Yaguarón desde el mirador
de Sierra de los Ríos.

(SNAP)
Es un paisaje único, secreto, inaccesible, que evoca a un planeta sin océanos, sin continentes, sin hombres. Sus dos áreas, Paso Centurión y Sierra de los Ríos, poseen la más alta biodiversidad que se puede encontrar en el país y unas vistas que conmueven al visitante. Es casi un santuario ecológico, no por ocurrencia humana, sino por designio de la naturaleza que lo esculpió en un territorio inalcanzable. Entre sus quebradas, sus planicies, sus cursos fluviales, se han registrado vegetales y animales que sólo están presentes allí. En realidad aún se registran, porque los biólogos se sorprenden en cada visita con nuevas especies de árboles, plantas, flores, aves, reptiles o mamíferos. Fue declarado Reserva Departamental por la Intendencia Municipal de Cerro Largo, mientras sus pobladores avanzan en el objetivo de ingresar al SNAP: como Paisaje Protegido. 

Sobre la base del fascíulo Nº 12 de la serie Áreas Protegidas del Uruguay (Trocadero Gabinete DDiseño para El País, Setiembre de 2010), actualizado para el libro Uruguay Manual del Visitante 2013 (Naón & Praderi).
Diseño y concepto visual: Alejandro Sequeira
Fotos: Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP)

Paso Centurión
No está claro el origen del nombre, pero sí hay cartas escritas en 1833 por el entonces presidente Fructuoso Rivera desde el cuartel general del Paso de Centurión, que se conservan en el Museo Julio de Castillos de Porto Alegre.

Sierra de los Ríos
Se llama así porque sus alturas están ubicadas dentro de la cuenca del Yaguarón y sus afluentes: los arroyos Sarandí, Ceibal, Yerbalito, Cañas, Los Ceibos, Sauzalito.

Yaguarón, Jaguarão
Es un río que nace en la Cuchilla de las Flores, cercana a la ciudad de Bagé, que se extiende por el estado brasileño de Río Grande do Sul y que sirve de frontera con Uruguay hasta su desembocadura en la laguna Merín. Tiene una longitud de 270 kilómetros y una cuenca hidrográfica de 3.000 kilómetros cuadrados.

Merín, Mirim
Es una extensa laguna 3.750 kilómetros cuadrados, ubicada en la frontera entre Brasil y Uruguay. Su nombre deriva del vocablo tupí-guaraní "mi´rí", que significa pequeña. Sus principales afluentes en territorio uruguayo son los ríos Cebollatí y el Tacuarí y en el límite entre ambas naciones, el Yaguarón. Del lado brasileño posee costas que se caracterizan por extensos humedales, entre los que se destaca el Bañado de Taim, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Paso Centurión-Sierra de los Ríos
Departamento: Cerro Largo
Ubicación: El ingreso principal al área está ubicado a la altura del kilómetro
380 de la ruta 7.
Cómo llegar: Desde Montevideo por la ruta 7 hasta el entronque con la 26 y de allí hasta el final y desde Melo por la misma vía y caminos vecinales.

Las huellas de Gondwana
La cuenca del río Yaguarón posee espacios y gradientes que mantienen relictos aislados que nos recuerdan la rica historia evolutiva del planeta, con sus cambios climáticos y evoluciones geológicas asociadas.” Así define a su pago la veterinaria Isabel Lucas, productora rural, conocedora de cada hectárea del área y activista del Grupo Caaobetí. Ella suele escalar los macizos de granito de Sierra de los Ríos, para disfrutar un espectáculo que persiste desde el período
Cretácico. Desde allí divisa una lejana perillanura de arenisca, ubicada en el fondo de un valle. “Es que estamos en un horst granítico que sobresale por encima de lo que era el fondo de un lago marino hace más de 200 millones de años, cuando las sierras estaban todas juntas”. Isabel se refiere a Gondwana, un paleocontinente del sur de aquella Tierra, de donde surgieron América del Sur, África, Australia, el Indostán, la isla de Madagascar y la Antártida.
El Paso Centurión, que replica aquella era como ningún otro paraje del país, está ubicado en la denominada región biogeográfica Uruguayense que se define por la dominancia de ambientes de praderas, topografía ondulada, clima subtropical húmedo, con precipitaciones superiores a los mil milímetros anuales, vegetación diversificada de pastizales con otras comunidades asociadas como bosques, matorrales y bañados. El área propuesta para ingresar al Sistema Nacional de
Áreas Protegidas forma parte del territorio paisajístico de las Serranías del Este, comprendido en su totalidad dentro de la cuenca de la Laguna Merín. Abarca 76,4 kilómetros de frontera con Brasil, definida por el curso del Yaguarón, en la 4º y 12º secciones policiales del departamento de Cerro Largo, a 40 kilómetros de Melo.
Son 65.934 hectáreas en las que predominan los suelos superficiales, poco desarrollados, que sufren una perdida constante de materiales constituyentes. Se trata de una zona compleja que integra la influencia de muy heterogéneas unidades geomorfológicas en una pequeña superficie relativa. “Aquí están representados diferentes ecosistemas en forma integrada, que conforman una gran diversidad de ambientes, caracterizados por su compleja distribución espacial con zonas de transición denominadas ecotonos”, explica Gerardo Evia, técnico de Probides y responsable técnico de la futura área protegida.

Bioma sin par
Cueva de los Murciélagos.
(SNAP)
Paso Centurión es un paisaje original de la Mata Atlántica que se inicia en Brasil, coronado por la Sierra de los Ríos como principal accidente geográfico. Allí proliferan las quebradas marginadas de monte serrano, por donde corren pequeños arroyos y cañadas que proporcionan albergue a una rica biodiversidad.
Al bajar rumbo al Yaguarón sorprende la presencia de cientos de palmeras de butiá que aportan una fisonomía muy particular. Otros elementos destacables del ecosistema son los rápidos del río y los espesos montes de ribera con carcterísticas de selva sub-tropical que forman corredores con una singular y variada fauna de especies sin registro en otras regiones del país.
El área todavía mantiene un especial aislamiento, por su escasa población y por la dificultad de accesos a sus parajes, que permite la conservación de especies animales de gran interés, que en algunos casos se las consideraba desaparecidas o en franco retroceso, como así tambien otras que fueron recientemente descubiertas y confirmadas para la fauna uruguaya. “La pesca y la caza furtiva quizás no sean relevantes, pero es imperioso que todos los habitantes se comprometan con el respeto por animales silvestres poco comunes, y que son nuestros”, afirma Maricema Sención, ecologista y dirigente del Grupo Caa-Obetí. Los relevamientos científicos han demostrado la presencia de paca, oso hormiguero chico, coendú, gato margay, tatú rabo molle, guazú-virá, y carpincho, y recientemente fue reconocida una nueva especie de comadreja de hábitos acuáticos, la cuica, y un anfibio exótico: la ranita rayada. Entre sus 120 especies de su avifauna, que representan aproximadamente 30% del total uruguayo, se registran ejemplares únicos, como el cuervo de cabeza amarilla, loros chiripepes, dragones o tordos amarillos, urutaú, anhingas y dos descubrimientos recientes: la perdiz montaráz y la urraca azul.
La vegetación nativa de los grandes montes fluviales acompaña las márgenes del Yaguarón y sus afluentes, con árboles de gran porte, enredaderas, helechos y bromelias, que aportan un aspecto selvático. En la pradera existen palmares butiá que indican su longevidad y en los aledaños a los montes fluviales están las espinillas típicas de los montes de parque. En las zonas bajas abundan los caraguatás, que dan albergue a una gran cantidad de insectos y pequeños vertebrados.
La arenisca de la perillanura describe como eran las piedras de aquel fondo marino y nos permite saber que el lago no tenía un gran oleaje, ni era muy hondo. Un buen observador, si se toma su tiempo, todavía puede hallar restos 
fósiles.” Cada vez que puede, Isabel escala la isla de granito de Sierra de los Río para presenciar un espectáculo primitivo que se repite hace más de 200 millones de años, pero que cada día es distinto, ya sea por la luz, por la atmósfera o por la humedad. Es un contacto íntimo con una naturaleza todavía inaccesible. Son las huellas de Gondwana.

En 2007 la Junta Departamental de Cerro Largo la declaró Reserva Departamental y creó una Zona Núcleo de 7.209 hectáreas y una Zona de Amortiguación de 26.030 hectáreas.

Tres topografías
Tierras Bajas. Son áreas inundables eventualmente o gran parte del año, con suelos mal drenados, que ocupan 15,4 % del área, con un total de 10.212
hectáreas. Allí se desarrollan las únicas actividades agrícolas dentro del área.
Tierras Altas. No son inundables y se extienden en 26.646 hectáreas equivalentes a 40.4 % del total. Están dominadas por la pecuaria extensiva.
Quebradas. Son aquellas áreas con suelos muy bien drenados y cuya existencia esta determinada por procesos erosivos. En sus 29.074 hectáreas, que corresponden a 44% del área, se desarrollan los montes de quebrada y la principal actividad productiva es la pecuaria extensiva.

Tres paisajes
Sierras. Se extienden en el centro y sur del área con alturas máximas de 360 metros sobre el nivel del mar. Es un paisaje que desarrolla afloramientos rocosos, y zonas de quebradas con pendientes fuertes y valles estrechos con monte asociado a las vías de drenaje. Las praderas asociadas a estas zonas son estivales y en muchos casos con vegetación arbustiva a partir de suelos superficiales y poco fértiles.
Colinas y Lomadas. Sus alturas máximas alcanzan los 210 metros sobre el nivel del mar. Allí se desarrollan suelos superficiales y poco fértiles en el norte, fértiles y profundos en el este, con praderas estivales en el norte e invernales en el este.
Llanuras y planicies fluviales. Se localizan en el tramo bajo del arroyo Sarandí. Sus alturas alcanzan en el norte los 100 metros sobre el nivel del mar y no superan los 50 en el sur. Son zonas que permanecen inundadas gran parte del año y que poseen vegetación de pradera estiva dónde no existe saturación hídrica, y monte fluvial y vegetación hidrófita donde si existe.

Siete ambientes
Montes. Están presentes en toda el área, desde montes fluviales que ocupan una amplia planicie de inundación al norte, montes galería de los cursos de agua hasta el monte de quebrada. Ocupan una superficie de aproximadamente 6700 hectáreas.
Arbustos. Corresponde a zonas no inundables predominantemente ocupado por especies de bajo porte y chircales asociados, con una superficie total de 9000 hectáreas.
Cultivos. Son escasos y casi todos situados en el norte, sobre las planicies sedimentarias con suelos profundos, que ocupan poco más de 1.000 hectáreas.
Praderas. Son campos naturales, pastoreados que pueden presentar algún nivel de intervención de bajo impacto, fertilización y aporte de semillas forrajeras.
Praderas Bajas. Están caracterizadas por la alta presión del pastoreo y se ubican sobre suelos relativamente superficiales que corresponden a la matriz de vegetación dominante en el área. Ocupan unas 24.000 hectáreas, equivalentes a 36 % de la superficie total.
Praderas Ralas: Es el paisaje de mayor fragilidad, asociado con afloramientos rocosos que corresponden a la segunda unidad en extensión dentro del territorio a proteger. Son 19000 hectáreas, equivalentes al 29% % del área.
Tajamar. Es el represamiento de aguas de escurrimiento superficial, en 36 hectáreas.
Montes artificiales. Es una superficie creciente del área, implantada coneucaliptos para fines de rendimiento forestal intensivo.

La presencia de especies raras, endémicas, nuevas y remanentes, sustentan la necesidad de conservar y proteger el área.”
Gerardo Evia, técnico de Probides.
Huellas de los mamíferos
con mayor presencia
en el país y la región. 

Fauna exótica por descubrir en una selva subtropical a orillas del Yaguarón
Paca, cuica, fiofío y tarefero
Allí se encuentran continuamente nuevas especies de aves, como por ejemplo: la perdiz de monte (Crypturellus obsoletus) que anida en el Yaguarón, el trepador escamado (Lepidocolaptes squamatus), tarefero (Sittasomus griseicapillus) y el fiofio oscuro (Elaenia obscura), y también mamíferos: la paca (Cuniculus paca) y la cuica de agua o yapoc (Chironectes minimus) una extraña pariente de la comadreja. También fue redescubierto el aguará guazú o zorro guará (Chrysocyon brachyurus).
Las quebradas que bajan desde las sierras hacia el río Yaguarón, el monte ribereño, áreas de bañados y los pastizales conforman una biodiversidad ideal para la supervivencia de muchas especies. La mayor parte de los registros de algunas de ellas, en Uruguay, se concentran en la zona de Paso Centurión, Sierra de Ríos y Cañas, como por ejemplo de la urraca azul (Cyanocorax caeruleus), el lorito chiriripepe (Pyrrhura frontalis), y el águila negra (Buteogallus urubitinga). 
Más comunes en otros sitios del país también aparecen en las quebradas: el boyero ala amarilla (Cacicus chrysopterus) con su nido en forma de bolsa colgante, la urraca común (Cyanocorax chrysops), el pirincho de monte (Piaya cayana) y varios passeriformes coloridos como el cardenal azul (Stephanophorus diadematus), celestón (Thraupis sayaca), naranjero (Thraupis bonariensis), juan chiviro (Cyclarhis gujanensis). Se han visto en el área ejemplares de carpintero enano (Picumnus nebulosus) y de carpintero verde (Piculus aurulentus), especies incluidas en la categoría internacional “cercana a la amenaza”, y otras especies en peligro, como el dragón (Xanthopsar flavus) y la viudita blanca grande (Xolmis dominicanus) que se pueden encontrar en pastizales húmedos o bañados del área. También están registrados: el tamanduá u oso hormiguero chico (Tamandua tetradactyla) y la tortuga de herradura (Phrynops williamsi) que vive a orillas de arroyos y cañadas, la culebra de Olfers (Philodryas olfersii) relativamente peligrosa debido a su ponzoña, la culebra de Almada (Liophis almadensis), un caracol (Hauffenia minuta) y los moluscos dulceacuícolas: Diplodon sp., Spondylus sp. y Potamolithus sp.

Una flora de otro mundo
Además de una concentración inusual de palmeras butiá (Butia capitata), la zona se caracteriza por la presencia de caa-obetí o azota caballo (Luehea diverticata), la «casearea», guaçatonga o guazatunga (Cesseria sylvestris y Casearia decandra), el tarumán sin espinas (Vitex megapotamica), la leandra (Leandra australis) y la sinningia (Siningia macrostacha) una herbácea perenne tuberosa que existe sólo en la Sierra de los Ríos. La caracterización de la flora de la cuenca del río Yaguarón es realizada por técnicos de Probides.
Son las llamadas “Evaluaciones Ecológicas Rápidas”, en el marco del proyecto de definición de la Reserva de Biósfera Bañados del Este, que permiten reconocer la existencia de una inusual diversidad de especies, según los criterios del Sistema Nacional de Áreas Protegidas.

Allí está registrada la expresión más diversa de la mata atlántica o bosque atlántico costero, uno de los biomas más amenazados y con gran número de endemismos del continente”, afirman los ingenieros agrónomos Carlos Brussa e Iván Grela, botánicos dedicados a la investigación del monte indígena del país.
El informe de Probides identifica la presencia en la zona de una alta diversidad de arbustivas y arbóreas, en su mayoría remanentes de las selvas subtropicales del sur brasileño: Caesalpinia pilosa, Chioccoca alba, Myrciaria tenella, Ocotea puberula, Pisidium cattleianum, Schinus ferox, Xylosma pseudosalzmanii. Del helecho Niphidium crassifolium, de la gramínea Paspalum ionanthum y de otras plantas no leñosas: Mangonia uruguaya, Cereus uruguayanus, Schlechtendalia luzulaefolia, Frailea pygmaea, Parodia ottonis, Parodia scopa, Glechon spathulata, Glechon spathulata y Galium osteianum.

Paca, Cuniculis paca.
(SNAP)
Paca o Agoutí
Muy abundante en Brasil, escasa en Uruguay, este roedor de la familia Cuniculidae, sólo ha sido citado en el departamento de Cerro Largo, como una especie endémica “en peligro”. La paca (Cuniculis paca) de tamaño mediano llega a medir 65 centímetros de largo y pesa aproximadamente 15 kilos. Su cabeza es grande en relación al cuerpo. Las mejillas son abultadas, las orejas son cortas, marrones, las vibrisas son largas, los ojos son grandes y bien separados. Durante la noche brillan con un color amarillo fuerte cuando se los ilumina. A pesar del gran tamaño de sus ojos, las pacas tienen mejor olfato que visión. Posee un pelaje áspero, duro, de color castaño con franjas longitudinales de color blanco amarillento. Tiene manos y patas con cinco dedos, aunque en las primeras el primer dedo se encuentra muy reducido.

Habitat
Vive principalmente en montes ribereños, en cuevas que construye cerca de cursos de agua. Se alimenta durante la noche y, durante el día, permanece en su madriguera provista de ramificaciones y varias salidas disimuladas por el follaje. Las cuevas miden unos 20 cm de diámetro y hasta ocho metros de largo. Se alimenta de vegetales: tubérculos, rizomas, hojas y frutos.

Otros nombres
En otros países la paca se conoce también como guartinaja, guanta, halep, guagua, majaz, conejo pintado, tepezcuintle, lapa o jochi pintao; en México es conocido con el nombre náhuatl de tepeitscuintli es decir “perro de montaña” (tepetl = montaña, itzcuintli = perro) aunque lejos esté de ser un cánido. En Guatemala y Costa Rica es conocido como tepezcuintle, y en Bolivia como jochi pintado.

Las leyendas de la zona se enriquecen con muchos acontecimientos, como la captura de El Carancho, personaje descrito por Justino Zavala Muniz en Crónica de un crimen.


Aduana de Paso Centurión
Sobre héroes y tumbas
Para proteger una frontera del "Cerro Largo" amenazada por la penetración portuguesa a través del río Yaguarón, en 1777 fue creado el primer pueblo luego de concedidos los campos cercanos.  En los archivos de la Escribanía de Gobierno y Hacienda consta que el 15 de diciembre de ese año hubo una cesión de Agustín de la Rosa a Francisco Portillo y Pedro Juan Rojas. En toda el área se observan mangueras y cercos realizados en piedra con un muy buen nivel de conservación, registrados por la Intendencia de Cerro Largo.
Todavía existe la zona de paso fronterizo por donde iban los carruajes cargados de contrabando, y por donde ingresaron los ejércitos brasileños que invadiero la Banda Oriental en 1801 y 1811, y la Provincia Oriental en 1816 para derrotar a José Artigas.
Allí sobresale la presencia de un edificio perdido en medio de la campaña más olvidada, a pocos metros del Yaguarón, que alguna vez fue una zona de cruce de las primeras exportaciones de ganado hacia los saladeros de la ciudad de Pelotas, en Río Grande de Sul. En 1875 allí funcionó una subreceptoría de Aduanas, la segunda aduana más grande de Cerro Largo luego de la de Río Branco, transformada en hospital de campaña en la guerra civil de 1897 y escenario de enfrentamientos bélicos hasta 1904.
El historiador Germán Gil Villamil posee un archivo personal que mantiene viva la memoria del sitio, en los que consta que en aquella Aduana hubo hasta diez gendarmes que realizaban a caballo la vigilancia en toda la costa del río Yaguarón.
El investigador cerrolarguense cuenta que en el actual Pueblo Centurión, a dos kilómetros de la frontera, existió una fortificación militar que el dictador Lorenzo Latorre quiso transformar en un pueblo con su nombre, un intento megalómano frustrado por una rebelión de soldados que revistaban en la zona. Gil Villamil todavía sigue buscando vestigios de aquella estructura castrense.
Desde hace una década un grupo de vecinos con apoyo del gobierno departamental pretende recuperar las ruinas históricas, un proyecto patrimonial que incluye la construcción de un puente que cruce el Yaguarón hasta el pueblo riograndense de Herval, que además de su puesta en valor permitirá ahorrar kilómetros en el cruce fronterizo. El edificio conserva su estructura original, el piso y un aljibe al medio, y a pocos metros de allí el antiguo cementerio con nichos abovedados en varios niveles construidos en piedra.
Todavía existen los cimientos de lo que iba a ser la iglesia del frustrado Pueblo Latorre. A principios del siglo XX nació el Pueblo Centurión, a ocho kilómetros del Paso, pero que ahora es apenas un caserío rural.

Garibaldi 
Cuenta una leyenda lugareña que el Héroe de dos mundos y su esposa Anita pasaron por Centurión cuando huían de Río Grande do Sul, derrotado en la Revolución de los Farrapos. Se dice que encontraron un tesoro en una cueva de la vieja estancia de Souza, y que en un intento de robo mataron al propietario. De Suoza también se dice que tenía una olla de libras esterlinas enterrada en un sitio secreto. El casco del establecimiento fue construido en un paisaje serrano, y la Intendencia de Cerro Largo pretende concretar allí un proyecto turístico.

 El Bado
Fue un ladrón y contrabandista que llevaba ganado a una isla de la desembocadura del arroyo Yerbalito en el río Yaguarón, y que desde allí lo cruzaba al Brasil. El matrero famoso, hombre de pocos amigos, fue asesinado en 2002 por la policía brasileña, dicen que por encargo para que no delatara a quien le compraba lo robado. 

Las Cañas, el pueblo “de los negros”
En la región existen solamente tres poblados: Las Cañas, con más de 100 personas, localizado al sur, el caserío secano de Cañitas y Paso Centurión, un complejo de 15 viviendas de MEVIR que todavía no fue incluido como centro urbano por el Instituto Nacional de Estadísticas. Las Cañas es conocido como el “pueblo de los negros” por ser de esa raza casi la totalidad de sus habitantes; según los baquianos fue fundado por descendientes de esclavos brasileños que llegaban desde la otra margen del Yaguarón, disparando de la esclavitud. Son comunidades quilombolas, que mantienen aún hoy un dialecto muy particular, portugués, con palabras de ascendencia africana. Se ve el mismo fenómeno en comunidades que se radicaron sobre el arroyo Yaguarí. Allí viven peones rurales y sus familiares, en condiciones de extrema pobreza.
El área presenta un total de 1.271 personas, con un promedio de 55 personas por zona censal y una densidad poblacional de un habitante por cada 49 hectáreas, según la Encuesta de Hogares de 2004. Los parajes con mayor número de habitantes se localizan en las unidades ambientales de colinas sedimentarias y noroeste de Quebradas de Las Cañas. También existen dos padrones con población es cero, en las zonas bajas y más fértiles de las laderas suaves del mismo noroeste y en la planicie norte.

Balanza del almacén de Paso Centurión.
(SNAP)
Gastronomía popular elaborada y vendida por mujeres en un mundo de hombres
Quitanderas
Ellas iban a sitios donde las “señoras” no se atrevían, para vender comida. Una tarea similar a la de la pastelera colonial montevideana, con la diferencia de que se arriesgaban mucho más: las quitanderas regenteaba puestos en ferias ganaderas, pencas, yerras, bailes de campaña o en sitios de dudosa reputación. Su existencia forma parte de la cultura de Cerro Largo y ha dado lugar a tres palabras del vocabulario popular del departamento.
Quitanda. Puesto móvil en el que se vende comida, postres y dulces.
Quitute. Alimento delicioso, especialmente sabroso.
Quitandera. Deriva de la lengua bantú africana (Angola, Mozambique, Congo) insertada en el portugués, que significa: mujer que elabora y comercia alimentos en una quitanda. En Brasil era la mujer negra, esclava o liberta, autorizada a vender comida en lugares públicos.

Manicete, queijadas, broas y arroz de príncipe
Las especialidades que preparaban las quitanderas son, desde siempre, los más típicos platos de Cerro Largo, ahora elaborados por el Grupo de Mujeres Rurales de Las Cañas. El manicete es una preparación similar a la garrapiñada. Según la antigua receta, el maní debía ser cosechado, pelado, tostado y glaseado en familia para que tuviera los efectos aguardados. Una fórmula conservada por una anciana de la zona, Vicenta Silvera, que enseñó a sus nietas antes de morir. Según las tradiciones religiosas afrobrasileñas, el maní tostado y glaseado con azúcar dorada, debe ser tributado a Oshum por sus virtudes afrodisíacas.
Las queijadas o queijadinhas son canastas de masa, en forma de canapés rellenos de dulce de leche, maicena y yema de huevo. Su extraño nombre se debe a que es una antigua costumbre portuguesa que allí se elabora con queso.
Las broas están casi extinguidas como costumbre, según los propios vecinos del área. Son bizcochos de harina de maiz muy fina, que los brasileños llaman polvilho, que deben moldearse en la palma de la mano, con una base redonda plana y un pico en forma de perinola. Se cocinan en grasa de cerdo (banha de porco) hasta quedar tan suaves que se deshacen en la boca.
El arroz de príncipe es el postre preferido de los alumnos de las escuelas rurales de la zona, elaborado por cocinas que aprendieron la fórmula de sus parientas y vecinas quitanderas. Al arroz hervido se le agregan yemas y frutas secas mezcladas, hasta que queda como una torta, que se corona con mucho merengue. Las más expertas pueden utilizar hasta 40 huevos en una sola preparación. 

Una represa que no fue
Fue un proyecto binacional elaborado en la década de 1970 en el marco de la Comisión Mixta de la Laguna Merín para la construcción de un embalse con fines de aprovechamiento hidroeléctrico y riego. Iba a estar ubicada a seis kilómetros aguas abajo del área que ahora se propone proteger, sobre el río Yaguarón. La presa implicaba la captación de aguas de una cuenca hidrográfica de 4.780 kilómetros cuadrados, para el riego por gravedad de cerca de 96.000 hectáreas. 

“El área está integrada por 604 padrones de propiedad privada. El tamaño promedio de cada uno es de 118.93 hectáreas; los de menor tamaño se ubican en el norte, excepto en la zona de bosque fluvial, y en el sur están los mayores. La actividad productiva dominante en toda la zona es la ganadería extensiva de vacunos y ovinos. La actividad forestal registra un aumento importante en la dinámica de compra de tierras orientada hacia esta finalidad.”
Gerardo Evia, responsable del proyecto de área protegida Paso Centurión-Sierra de los Ríos. 

“Pese a la conciencia que han tomado sus habitantes sobre las riquezas naturales del lugar, no se ha logrado frenar la depredación abusiva de algunas especies, como el pequeño ciervo guazubirá.”
Maricema Sención, productora rural, ecologista, activista del Grupo Caa-Obetí.

Cañas
Es una zona de alta biodiversidad que comparte la microcuenca del arroyo Cañas con Paso Centurión-Sierra de los Ríos. Aunque no está incluida en el proyecto de ingreso al Sistema Nacional de Áreas Protegidas, sus pobladores están preocupados por su preservación y promueven acciones coordinadas con el Proyecto de Producción Responsable (PPR) del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca. Su territorio es el límite de distribución para muchas especies que no se encuentran en otras partes del país, como la paca, el aguará guazú y el tamanduá u oso hormiguero. Desde hace unos años funciona el Grupo de Productores de Cañas que tiene como objetivos: la preservación del paisaje y su biodiversidad. La mayoría de sus predios tienen aspecto quebrado-serrano, con fuertes pendientes, afloramientos rocosos y vegetación asociada. “Estamos buscando herramientas para evitar la degradación ambiental de suelos y la fragmentación del monte nativo. Nuestra estrategia actual es el manejo de áreas de exclusión y el diseño de circuitos ecoturisticos que también rescaten valores culturales e históricos”, afirma la maestra rural y productora Beatriz Hernández.

“Además de sus atributos naturales, el área posee un riquísimo patrimonio cultural, histórico y arqueológico.” 

Con Gerardo Evia, técnico de Probides, responsable del proyecto Paso Centurión-Sierras de los Ríos
“Es más conveniente diseñar pocas áreas protegidas grandes que muchas pequeñas”
-¿Cómo ha evolucionado el proyecto de ingreso de Paso Centurión-Sierras de los Ríos al Sistema Nacional de Áreas Protegidas?
-Fue en diciembre de 1997 que Probides propuso por primera vez una delimitación del Área de Reserva de Biósfera Bañados del Este, que tomaba en consideración el criterio de cuenca hidrográfica, con una superficie de 3.850.000 hectáreas, y una zonificación basada en el concepto de áreas núcleo, de amortiguación y transición, que fue recogida dos años después, en el Plan Director editado por Probides. En una región de cinco departamentos (Maldonado, Rocha, Lavalleja, Treinta y Tres, Cerro Largo), conocida como Serranías del Este, fueron identificados 19 sitios o unidades con atributos sobresalientes dentro de las cuales debería garantizarse el mantenimiento o, en su caso, el restablecimiento, en un estado de conservación favorable de los hábitats naturales. En Cerro Largo fue propuesto un gran Parque Nacional con una superficie total de 150.000 hectáreas, con dos áreas naturales silvestres bien diferenciadas en su interior: el Cerro Largo propiamente dicho, al sur de la ciudad de Melo y Paso Centurión-Sierra de los Ríos. En aquella primera etapa fue fundamental el aporte de las organizaciones ambientalistas (Proince, Aguas del Tacuarí, Grupo Caa-Obetí) y de la Dirección de Recursos Naturales Renovables. En 2007 hubo un nuevo impulso a la iniciativa, cuando Probides comenzó a coordinar con la intendencia de Cerro Largo y diversos grupos locales, para fortalecer y desarrollar una propuesta de incorporación de Paso Centurión-Sierra de los Ríos al Sistema Nacional de Áreas Protegidas. También se estableció un acuerdo con la Facultad de Ciencias, para organizar y sistematizar la información disponible, y en esa etapa estamos: elaborando el proyecto.

-¿Qué tiene de original el área?
–Allí se encuentran representadas todas las unidades de paisaje que caracterizan a la cuenca de la Laguna Merín y parte importante de las praderas del noreste. Su originalidad se sustenta en la integración de una muy amplia diversidad de ambientes representativos del Uruguay: sierras, colinas y lomadas del este, la cuenca sedimentaria del noreste y las planicies del este. Esta integración de ecosistemas típicos de la zona centro-este hacen del área un sitio único en el país. Aquí es posible identificar planicies sedimentarias inundables y no inundables, monte ribereño del Yaguarón, altiplanicies, colinas y lomadas, colinas sedimentarias y sierras. Además de sus atributos naturales, el área posee un riquísimo patrimonio cultural, histórico y arqueológico.

-¿Existe compromiso de los pobladores con el proyecto?
–Sin dudas, y esa actitud positiva es la que nos impulsa a concretar el objetivo. El área de Paso Centurión-Sierras de los Ríos está insertada en un contexto histórico cultural que genera un profundo sentido de pertenencia de la población local con su territorio. Este conjunto de aspectos destacados refuerzan una posición local de interés por la preservación de su patrimonio ambiental articulado con el desarrollo de actividades productivas. Son decisivas sus condiciones geológicas y geomorfológicas del sitio, su ubicación espacial en el territorio, pero también las prácticas históricas productivas predominantes, como la ganadería extensiva, han condicionado la construcción de un sistema ambiental con un importante nivel de conservación desde el punto de vista del funcionamiento de la ecología del paisaje. En la zona funcionan colectivos de productores, que lejos expresar temores por el ingreso al SNAP de su territorio, se están organizando para que el proceso avance. Son destacables los casos del Grupo Caa-Obetí y el Grupo de Productores de Cañas. 

-¿Cuál debe ser el primer atributo de un área protegida?
–Es imprescindible su concepto espacial. La ecología del paisaje permite establecer por un lado que siempre es más conveniente diseñar pocas áreas grandes que muchas pequeñas. También se reconoce la conveniencia de mantener conectividad posible entre todas. Parece razonable tanto por la incertidumbre asociada a la falta de conocimiento existente para la definición  precisa como por razones de proporcionalidad de inversión entre municipios que las áreas de protección asociadas a la región estuvieran más o menos uniformemente distribuidas. 

Presiones y amenazas 
Forestación. Casi 80% de los suelos del área a proteger mantienen una prioridad forestal que determina una clara vulnerabilidad del paisaje y el ecosistema de praderas. 
Cultivos. Como en el resto del país está marcada la tendencia al incremento en la conversión de tierras a la para la agricultura y forrajes. 
Sobrepastoreo. Una actividad que provoca pérdida de diversidad de pasturas y exposición a la erosión.

Vulnerabilidad. En el áreas es notoria la pérdida de valores históricos y socio culturales. 
Tala y caza. Aunque atenuado, allí también existe el mismo problema de todo el país: la tala del monte nativo y la caza furtiva y depredatoria. 
Exóticas. Es notoria la expansión de especies exóticas e invasoras en toda el área.


“Desde arriba de la Sierra de los Ríos se ve hasta la localidad brasileña de Candiota, un sitio que nos trae malos recuerdos por la contaminación que sufrimos durante tantos años.”

Con Maricema Sención e Isabel Lucas, guías de naturaleza de Cerro Largo
No dejar más que huellas
-¿Qué es Caa-Obetí?
-Es un grupo de vecinos, productores y técnicos de Cerro Largo que se dedica al estudio y la preservación de la flora nativa y a difundir sus bondades. Lo fundamos en 2003, luego de haber participado en un curso de la Sociedad Agropecuaria de Cerro Largo. En ese momento descubrimos el enorme valor social, ambiental, y económicos de nuestros montes. Para comprender su importancia, basta saber que son prioritarios para la conservación de ríos y arroyos, abastecen las fuentes subterráneas de agua, retienen el carbono atmosférico y mitigan el efecto invernadero. Allí se producen alimentos, medicinas, madera para construcción, abrigo y ornamentación. En su interior vive una gran diversidad de fauna nativa que asegura el equilibrio ecológico y que embellece el paisaje. No lo descubrimos nosotros: Desde hace años se investiga en el área, y como dice el ingeniero Carlos Brussa, director del Jardín Botánico de Montevideo, cada vez que viene descubre una especie nueva. Lo interesante es que tanto Paso Centurión, como Sierra de los Ríos y la cuenca del arroyo Cañas, se mantiene muy preservados, cuando sitios similares de la Mata Atlántica, sobre todo en Brasil, están sufriendo una gran presión antrópica. 

-¿Por qué se conservan?
–Es toda una paradoja, porque la virtud, en realidad es un defecto: el mal estado de los caminos hace casi imposible el acceso al núcleo de la futura área protegida. Por algo un sitio de estas características, único en el país, es desconocido por la mayoría de los uruguayos. Nosotros no queremos que sea algo cerrado, por el contrario, nos interesa que se difunda, que se disfrute, pero debe ser un turismo ecológico, de pocos visitantes, que respete el ambiente, que enseñe una forma de vivir saludable. No son bienvenidos todos aquellos que vengan a cazar, a depredar o a especular. 

-¿Cómo desarrollan la tarea educativa?
–Actualmente estamos llevando a cabo charlas con panelistas expertos en temas de biodiversidad, ornitólogos, agrónomos, biólogos y educadores y coordinamos la tarea con la Agrupación Palmares del Yaguarón, que comprende a cinco escuelas de la zona: Pueblo Centurión, Paso Centurión, Sierra de los Ríos, Falda de Sierra de los Ríos y Berachí. Nos relacionamos con los niños, sus familias y los vecinos, en una experiencia muy positiva. Tratamos de explicarle a los gurises y a sus mayores, que la vida del pago depende de nosotros. Si cazamos, si depredamos, si producimos sin sustentabilidad, no habrá futuro. Siempre les decimos que hay que hay que sacar muchas fotos, no dejar más que huellas. 

-¿En qué se beneficiará la región con el Paisaje Protegido?
–En que se preservará la zona de la mejor manera y porque la figura tiene en cuenta que la totalidad del territorio, salvo una hectárea que es estatal, pertenece a privados. El Paisaje Protegido permitirá integrar la preservación y el turismo de naturaleza al trabajo productivo. Los propietarios de Paso Centurión y Sierra de Río están comprometidos con la creación de un área protegida, y con ese objetivo colaboramos con ellos y con el SNAP, con Probides y la Intendencia Municipal de Cerro Largo. Lástima que está demorado y están forestando mucha área que ya es Reserva Departamental sin importar el impacto ambiental ni el económico, puesto que ya vemos mas taperas y menos niños en las escuelas, amén de los consabidos efectos de muertes masivas de animales autóctonos intoxicados con plaguicidas.

Paisaje Protegido es la categoría más apropiada para el área, dadas sus características biofísicas, socioeconómicas y culturales, junto a los valores de interés para la conservación.

“Las quebradas cumplen una importante función como corredor biológico que permite la presencia de una exuberante vegetación subtropical que comparte con el sur de Brasil, y una fauna de especies poco comunes y amenazadas.”
Federico Pica, director de Medio Ambiente de la intendencia de Cerro Largo.

“Desde el punto de vista geomorfológico es la continuación hacia el sur de lo que en territorio brasileño se conoce como Planalto Sul-Riograndense, que en Uruguay toma el nombre de Serranías del Este y que en el área de Yaguarón-Cañas se caracteriza por un relieve de afloramientos rocosos, fuertemente ondulado y con depresiones por donde corren cursos de agua en muchos casos protegidos por altos paredones pétreos u hondanas profundas típicas de las quebradas subtropicales.”
Eduardo Arballo, ornitólogo, investigador de la avifauna de Paso Centurión-Sierra de los Ríos.

AGRADECIMIENTOS
Lic. Mario Batallés (jefe de gestión de la División Biodiversidad y Áreas Protegidas de la DINAMA), José Pedro Díaz (asesor en Comunicaciones de DINAMA), Dr. Gerardo Evia, Dr. Gonzalo Picasso (Probides), Ing. Agr. Carlos Brussa (director del Museo y Jardín Botánico Atilio Lombardo), Ing. Agr. Iván Grela (botánico, experto en monte indígena), Lic. Joaquín Aldana (Aves del Uruguay), Eduardo Arballo (ornitólogo), Maricema Sención, Dra. Isabel Lucas (Grupo Caaobetí), Beatriz Hernández, Mateo Pastore, Rolf Larssen, Roberto Rodríguez, Daniel Lara, Elena Sosa (Grupo de Productores de Cañas).